26.3.13

Lo que el árbol tiene de florido


Soneto de Francisco Luis Bernárdez, poeta y diplomático argentino, 1900-1978



Si para recobrar lo recobrado
debí perder primero lo perdido,
si para conseguir lo conseguido
tuve que soportar lo soportado,

si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.

Porque después de todo he comprobado
que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.

Porque después de todo he comprendido
que lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.





Volver a la raíz última del asunto

Pequeña evocación de la obra de un gran ser humano
por Mariano Akerman


La poesía de Bernárdez se caracteriza por su tono lírico, en parte influido por la poesía místico-romántica, pero presenta a su vez una original forma de comprender la vida, una especie de canto de serenas cadencias.

El soneto de Bernárdez nos recuerda que la lucha, la tenacidad y el sacrificio son inherentes a toda existencia significativa. Asimismo, logros importantes suelen ser precedidos por intentos fallidos y no pocos sinsabores.

Recurriendo a lo paradójico, Ortega y Gasset alguna vez notó que aquello que nos falta o nos oprime es precisamente lo que que nos nutre y sostiene.

"Lo que no mata, fortalece", agregaría Nietzsche.

Básicamente, no puede existir el árbol que prescinda de raíz.

Y las flores del árbol resultan visibles, pero su raíz, dada su orgánica naturaleza y función, ha de permanecer oculta y desarrollarse bajo tierra. Caso contrario, el árbol se muere.

Delirante es este mundo donde muchísimas cosas suelen manejarse y resolverse a la que te criaste. No falta en él quien supone que el árbol puede estar en flor y, aún así, prescindir de la raíz.

Entre sus variopintos recursos metodológicos, la Republicana Academia Argentina enseña la vida a través de, por ejemplo, el tango y el filetado. En mérito de su lirismo hondo, Bernárdez es indudablemente eximio representante de la misma.


Comentarios
• Es bellísimo. Simple y auténtico. -Claudia Itkin
• Al soneto lo conozco desde mi adolescencia. Pero a la relación entre lo florido y lo sepultado la llegué a trabajar plenamente sólo después, especialmente respecto a asuntos muy personales. También en un trabajo cuya elaboración me va llevando ya algún tiempo, pero que, pienso yo, será toda una declaración expresiva. -El autor de este post